jueves, 14 de abril de 2011

Unidad 2 "Macroeconomia"


AGREGADOS ECONÓMICOS
Cuando se habla de agregados económicos se hace referencia a la suma de un gran número de acciones y decisiones individuales tomadas por personas, empresas, consumidores, productores, trabajadores, el Estado, etc., las cuales componen la vida económica de un país.
La macroeconomía es la disciplina que se encarga de estudiar el comportamiento y el desarrollo agregado de la economía.
Para poder tener una visión global, la macroeconomía no estudia acciones de determinados individuos, empresas etc., sino la tendencia en conjunto de las acciones y decisiones de estos individuos, empresas, trabajadores, etc.; es decir, como se dijo anteriormente, de forma agregada.
Aunque la macroeconomía no realiza estudios sobre decisiones individuales, como sí lo hace la microeconomía, es fundamental que ésta sea coherente con estas decisiones individuales, puesto que las tendencias globales de las cuales se encarga la macroeconomía resultan de la suma de millones de decisiones individuales.
Los datos estadísticos son indispensables para estudiar el comportamiento agregado de la economía. De todos los datos estadísticos los más importantes son los que proveen las cuentas nacionales, las cuales registran el nivel agregado del producto, el ingreso, el ahorro, el consumo, los gastos nacionales y la inversión en la economía, entre otros. Éstas, para el caso de Colombia, son calculadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), aunque el Departamento Nacional de Planeación y el Departamento de Investigaciones Económicas del Banco de la República también suministran información.
Las cuentas nacionales dan origen a cálculos tales como el Ingreso nacional, el Producto interno bruto (PIB), el Producto nacional bruto (PNB), entre otros. Otros temas de estudio de la economía agregada son: El nivel de empleo y desempleo medido a través de la tasa de desempleo, el nivel de los precios medido a través de la tasa de inflación y el comercio internacional medido a través de la balanza comercial.

Precios corrientes, en economía, define los precios de los bienes y servicios según su valor nominal y en el momento en que son considerados. Se oponen a precios constantes, es decir, aquellos que, pertenecientes a periodos distintos, son corregidos el uno con respecto al otro mediante un factor, normalmente la inflación.

Precios constantes es una expresión de la economía que se refiere a una manera de estimar el valor monetario de ciertas magnitudes económicas e indicadores económicos. Por ejemplo, al medir la cantidad ingresada por agricultor con la venta de sus productos, existen dos variables: la cantidad producida cada año y el precio unitario pagado por una misma cantidad de grano o producto(¿en años diferentes?), podemos hacernos una idea de cómo cambia realmente la cantidad producida total cuando existen diferentes productos, podemos contabilizar cómo habría cambiado el ingreso suponiendo que los precios unitarios no hubieran cambiado, es decir, si estos precios hubieran sido constantes.
Los precios constantes no tienen en cuenta la inflación para saber si la cantidad de dinero ganado en ese año es mayor o menor al anterior

AGREGADOS ECONÓMICOS: Cuando se habla de agregados económicos se hace referencia a la  de un gran número de acciones y decisiones individuales tomadas por personas, empresas, consumidores, productores, trabajadores, el Estado, etc., las cuales componen la vida económica de un país.
Agregados Economicos son: Tiene como objetivo ofrecer una representación cuantificada completa, sistemática y detallada de la economía de un país, sus componentes y sus relaciones con otras economías.
a.       de bienes y servicios finales realizadas en el interior del país en un tiempo determinado. En el se incluye la producción de los residentes en país, tanto nacionales como extranjeros.
1.       Es la sumatoria de valores agregados de todos los sectores. Es la creación de la riqueza del país.
Y esta dado por la formula:
PBI= C + I + G – (X-M)

Producto interior bruto, producto interno bruto (PIB) o producto bruto interno (PBI) es la principal macromagnitud existente que mide el valor monetario de la producción de bienes y servicios finales de un país durante un período de tiempo (normalmente un año).
El PIB es usado como una medida del bienestar material de una sociedad. Su cálculo se encuadra dentro de la contabilidad nacional. Para estimarlo, se emplean varios métodos complementarios; tras el pertinente ajuste de los resultados obtenidos en los mismos, al menos parcialmente resulta incluida en su cálculo la economía sumergida, que se compone de la actividad económica ilegal y de la llamada economía informal o irregular (actividad económica intrínsecamente lícita aunque oculta para evitar el control administrativo
(X-M) es el pago neto a los factores externos, lógicamente si M > X se convierte en una suma la fórmula anterior. Cuando PIB > PNB indica que la producción por factores externos es muy alta, lo cual se ve en los países desarrollados.

Producto Nacional Bruto:
Se define como el valor de todos los bienes y servicios producidos, únicamente, por los nacionales de un país durante un tiempo determinado, generalmente un año. Se excluye a los extranjeros trabajando en el país y se incluye a los nacionales trabajando en el extranjero.
El ingreso nacional es la contrapartida del PNB dado que si el PNB es el valor de lo gastado en producción, entonces aquel gasto representa ingresos para los componentes de la sociedad. Sin embargo, estadísticamente hablando, el PNB no es igual al ingreso nacional (Yn), dado que ha de descontarse la depreciación, es decir, aquella producción que se ha “desgastado” o que ha de dejarse de lado con el fin de continuar produciendo. Lo que también introduce una discrepancia entre el ingreso nacional estadístico y el producto nacional estadístico son los impuestos indirectos. La razón de ello es que el PNB considera la producción a los precios de mercado (en términos reales) pero sólo una parte del precio pasa a manos de los productores, dado que la obra la recibe el estado vía recaudación fiscal. Para las aplicaciones siguientes, las diferencias entre el ingreso y el producto nacional serán prácticamente irrelevantes y aquí se ha pretendido únicamente mencionar que ambos no son sinónimos.
Lo que es importante es que el PNB tiene cuatro componentes:

1.- Consumo (C)

2.- Inversión Privada ( I )

3.- Gasto de Gobierno ( G )

4.- Exportación menos Importación ( X – M )

siendo ésta última, la balanza comercial. La razón por la cual ha de restarse las importaciones es que ésta no corresponde a la producción del país.


Balanza de pagos
El balance o balanza de pagos es un documento contable en el que se registran, de manera sistemática, las operaciones comerciales, de servicios y de movimientos de capitales llevadas a cabo por los residentes en un país con el resto del mundo durante un período determinado, normalmente un año. La balanza de pagos suministra información detallada sobre todas las transacciones entre residentes y no residentes.
Las transacciones registradas en la balanza de pagos aparecen agrupadas en diferentes sub-balanzas, de acuerdo con el carácter que tengan. La diferencia entre ingresos y pagos de una determinada sub-balanza se denomina saldo de la misma. El saldo final de la balanza de pagos en su conjunto dependerá del régimen de tipo de cambio de la economía. En el caso de un sistema de flotación limpia la balanza de pagos siempre está equilibrada, esto es, tiene saldo cero. En cambio, cuando la economía se rige por un tipo de cambio fijo, el saldo es equivalente al cambio en las reservas netas del Banco Central.
La estructura y las directrices para la elaboración de la balanza de pagos se plasman en el Quinto Manual de Balanzas de Pagos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La Cuenta corriente es un apartado dentro de la balanza de pagos y recoge las operaciones reales (comercio de bienes y servicios) y rentas que se producen entre los residentes de un país y el resto del mundo en un período de tiempo dado.
La balanza por cuenta corriente se subdivide en las siguientes subalanzas:

 Balanza comercial

Recoge el intercambio de mercancías con el resto del mundo, tanto compras como ventas de bienes al exterior.
Saldo Balanza de Mercancías = Exportaciones de Bienes - Importaciones de Bienes

Balanza de servicios

Intercambio de servicios con el resto del mundo.
Saldo Balanza de Servicios = Exportaciones de Servicios - Importaciones de Servicios
Apartados:
  • 1. turismos y viajes
  • 2. otros servicios
  • 3. transportes
  • 4. comunicaciones
  • 5. construcción
  • 6. seguros
  • 7. servicios financieros
  • 8. servicios informáticos
  • 9. servicios prestados a las empresas
  • 10. servicios personales, culturales y recreativos
  • 11. servicios gubernamentales
  • 12. royalties y rentas de la propiedad inmaterial
  • Entre otross...

Balanza de rentas

ingresos y pagos por rentas del capital o del trabajo obtenidas fuera del país por residentes en el país o pagadas a residentes en el resto del mundo.
Saldo Balanza de Rentas = Rentas Percibidas - Rentas Pagadas
Apartados:
  • 1.Rentas de trabajo
  • 2.Rentas de inversión
  • 3.De inversiones directas
  • 4.De inversiones de cartera (dividendos)

Balanza de transferencias corrientes

Son los ingresos y pagos obtenidos o pagados sin una contrapartida, por ejemplo: remesas de emigrantes, la ayuda al desarrollo, etcétera.
En la balanza de transferencias se registrarán los movimientos de dinero entre residentes del país y residentes del exterior, pudiendo circular en ambas direcciones. Estas transferencias son normalmente de tipo donativo o premio y pueden ser tanto públicas (ej: donaciones entre gobiernos) o privadas (ej: dinero que los emigrantes envían a sus países de origen)
La principal problemática que presenta la balanza de transferencias, es que a veces resulta complicado determinar que transferencias forman parte de la cuenta corriente y cuáles son parte de la cuenta de capital. Se considerarán transferencias de cuenta corriente las remesas de los emigrantes, los impuestos, las donaciones, premios artísticos, premios científicos, premios de juegos de azar.
Saldo Balanza de Transferencias Corrientes = Transferencias Percibidas del exterior - Transferencias Pagadas.
Si el saldo de la Balanza por Cuenta corriente es positivo diremos que existe un Superávit, y si es negativo lo denominaremos Déficit.
Cuenta de capital
En macroeconomía y en las finanzas internacionales, la cuenta de capital (también conocida como la cuenta financiera) es uno de los dos componentes principales de la balanza de pagos; el otro es la cuenta corriente. Considerando que la cuenta corriente refleja el ingreso neto de una nación, la cuenta de capital refleja un cambio neto en la propiedad nacional de los activos.
El término "cuenta de capital" se utiliza con un significado más limitado por el FMI y sus fuentes afiliadas. El FMI divide lo que el resto del mundo llama "cuenta de capital" en dos divisiones de primer nivel: cuenta financiera y cuenta de capital, y por mucho la mayor parte de las operaciones son registradas en la cuenta financiera.
  • Inversión extranjera directa (IED): se refiere a la inversión de capital a largo plazo en la compra o construcción de maquinarias, edificios, o incluso plantas de producción. Si los extranjeros están invirtiendo en un país, existe un flujo de entrada y cuenta como un elemento de superávit en la cuenta de capital. Si los ciudadanos domésticos están invirtiendo en el extranjero, existe un flujo de salida que contará como un déficit. Después de la inversión inicial, cualquier ganancia anual no reinvertida fluirá en dirección opuesta, pero más bien será registrada en la cuenta corriente y no en la cuenta de capital.
  • La inversión de cartera se refiere a la adquisición de acciones y bonos. A veces se agrupa junto a "otros" como inversión a corto plazo. Al igual que la inversión extranjera directa, los ingresos derivados de estos activos se registran en la cuenta corriente — la entrada en la cuenta de capital sólo será para cualquier compra y venta internacional de los activos de cartera.
  • Otras inversiones incluye los flujos de capital en las cuentas bancarias o aquellos suministrados en forma de préstamos. Grandes flujos a corto plazo entre las cuentas de las diferentes naciones se observan con frecuencia cuando el mercado es capaz de tomar ventaja de las fluctuaciones de los tipos de interés y/o el tipo de cambio entre las monedas. A veces, en esta categoría se puede incluir la cuenta de reservas.
  • La cuenta de reservas es operada por el banco central de un país, y puede ser una fuente de grandes flujos de capital para contrarrestar a los procedentes del mercado. La entrada de flujos de capital, especialmente cuando se combina con un superávit en la cuenta corriente, puede causar un aumento en el valor (apreciación) de una moneda nacional — mientras que los flujos de salida pueden provocar una caída en el valor (depreciación). Un gobierno puede intervenir (o el banco, si esta autorizado a operar de forma independiente en este ámbito) si no considera que el mercado ha conducido el valor monetario al mejor interés del país.

Modelo económico
Se puede entender un modelo económico como una propuesta o representación (modelo), o más en general, un concepto ya sea proposicional o metodologico (Constructo (epistemología)) acerca de algún proceso o fenómeno económico. Como en otras disciplinas, los modelos son, en general, representaciones ideales o simplificadas, que ayudan a la comprensión de sistemas reales más complejo
Los modelos se usan comúnmente no solo para explicar cómo opera la economía o parte de ella, sino también para realizar predicciones sobre el comportamiento de los hechos y determinar los efectos o tomar decisiones sobre los mismos.
Como lo anterior sugiere, un modelo puede constituir una representación de aspectos ya sea generales o mas específicos. Puede tener un papel normativo o descriptivo, etc.
Adicionalmente los modelos económicos pueden generalmente dividirse entre modelos conceptuales, que usualmente poseen un carácter crítico o analítico (ver Criticismo) y modelos matemáticos, que buscan ser una representación teórica — utilizando variables y sus relaciones matemáticas — del funcionamiento de los diversos procesos económicos
En términos metodológicos, un modelo ocupa una posición intermedia entre la realidad y las teorías.
El modelo Keynesiano tiene como punto de partida el "Ingreso", relaciona la Demanda total y la Oferta Total.
El equilibrio de mercado se da cuando la demanda total es igual a la oferta total. Osea que el ngreso ganado es igual al ingreso gastado.
En cuanto al ingreso ganado y al ingreso gastado:
El ingreso ganado es el que se entiende de donde proviene en la economia, el mismo se conforma por el Y=C+S+T
Y: ingreso.
C: consumo
S: ahorro
T: impuesto.
El ingreso gastado es el que la economia entiende hacia donde se destina el dinero, y se conforma por Y=C+I+G
I: invesrsion
C:consumo
G: gastos gobierno
el equilibrio en la economia se logra cuando se igualan ambas ecuaciones. C+S+T=C+I+G, dando como resultado por simplificacion del consumo que S+T=I+G.
En cuanto al consumo si todo ahorro se gasta en consumo se sigue la ley de Say, pero cuando el ingreso sigue aumentando el consumo decrece, impulsando el ahorro.
La inversion a diferencia del consumo que depende de los ingresos, depende de las ganacias futuras. por esto el modelo las toma como autonomas ya que estan determinadas por factores externos.
Los gastos del gobierno tienen un efecto smiliar a las inversiones, si estos gastos proviene de los impuestos van a reducir el ingreso pero si se financian con otras fuentes el ingreso va a aumentar.
la inversión es un término con varias acepciones relacionadas con el ahorro, la ubicación de capital y el postergamiento del consumo. El término aparece en gestión empresarial, finanzas y en macroeconomía

MULTIPLICADOR DE LA INVERSIÓN

Límite de la relación incremental entre la renta nacional y la inversión. Hace referencia al efecto que sobre la renta de equilibrio ejerce un incremento autónomo de la inversión. Este concepto fue introducido por primera vez en la economía por R. F. Kahn (multiplicador del empleo), y utilizado posteriormente por J. M. Keynes. Es igual al valor recíproco de la propensión marginal al ahorro, e igual, a su vez, al valor recíproco del complemento a la unidad de la propensión marginal al consumo

(supuesta una demanda de consumo en función de la renta de tipo lineal). Para una propensión marginal al ahorro, por ejemplo, del 20 por 100 (propensión marginal al consumo del 80 por 100), el multiplicador de la inversión k toma un valor
El Monetarismo
Es una teoría macroeconómica que se ocupa de analizar la oferta monetaria. Aunque el monetarismo se identifica con una determinada interpretación de la forma en que la oferta de dinero afecta a otras variables como los precios, la producción y el empleo, existen, de hecho, varias escuelas de pensamiento que podrían definirse como `monetaristas'. También están de acuerdo en la creencia de que la oferta monetaria es un elemento esencial para explicar la determinación del nivel general de precios. Lo que aceptan es la idea de que la política monetaria puede tener efectos a corto plazo sobre la producción, así como otros temas de menor relevancia, como puede ser la definición de oferta monetaria. Por otra parte, si los monetaristas se limitaran a afirmar que existe una relación proporcional entre la oferta monetaria y el nivel general de precios a largo plazo, la mayoría de los economistas aceptarían esta idea, siempre que el periodo a largo plazo sea lo bastante prolongado y otras variables —como el tipo de instituciones financieras existentes— se mantuvieran constantes.
El monetarismo tiene una larga tradición en la historia del pensamiento económico; pueden encontrarse explicaciones detalladas y muy sofisticadas sobre el modo en que un aumento de la cantidad de dinero afecta a los precios, y a la producción a corto plazo, en los escritos de mediados del siglo XVIII del economista francés Richard Cantillon y del filósofo y economista escocés David Hume. La `teoría cuantitativa del dinero' prevaleció en el monetarismo, sobre todo bajo la influencia de Irving Fisher durante el siglo XX. Esta teoría se formalizó en una ecuación que mostraba que el nivel general de precios era igual a la cantidad de dinero multiplicada por su `velocidad de circulación' y dividida por el volumen de transacciones. Existe una visión alternativa de esta teoría, conocida como la versión de Cambridge, que define la demanda de dinero en función del nivel de precios, de la renta y del volumen de transacciones.
Durante la década de 1970, sobre todo durante el periodo en que el pensamiento económico estuvo dominado por las ideas de Milton Friedman y la Escuela de Chicago, se analizaba la demanda de dinero de los individuos de igual forma que la de cualquier otro bien —la demanda depende de la riqueza de cada individuo y del precio relativo del bien en cuestión. En concreto, se consideraba que la solicitud de dinero dependía de una serie de variables, incluyendo la riqueza (que se puede estimar considerando el nivel de ingresos), la diferenciación de la fortuna personal entre capital humano y no humano (el primero tiene mucha menos liquidez que el segundo), el nivel de precios, la tasa de rendimiento esperado de otros activos (que depende a su vez del tipo de interés y de la evolución de los precios) y de otras variables determinantes de la utilidad que reporta la mera posesión del dinero.
Al considerar que el dinero es una parte de la riqueza de las personas se está suponiendo que éstas intentarán eliminar la diferencia entre la cantidad de dinero real (es decir, el dinero nominal dividido por el nivel general de precios) que tienen y la cantidad que quieren tener disponible, comprando o vendiendo activos y pasivos —por ejemplo, la adquisición de bonos— o cambiando el flujo de ingresos y gastos. Los keynesianos tienden a subrayar el primer método de ajuste, mientras que los primeros monetaristas destacan la importancia del segundo; los monetaristas actuales tienden a aceptan la validez de ambos métodos.
Por tanto, la idea básica de la economía monetarista consiste en analizar en conjunto la demanda total de dinero y la oferta monetaria. Las autoridades económicas tienen capacidad y poder para fijar la oferta de dinero nominal (sin tener en cuenta los efectos de los precios) ya que controlan la cantidad que se imprime o acuña así como la creación de dinero bancario. Pero la gente toma decisiones sobre la cantidad de efectivo real que desea obtener. Veamos cómo se produce el ajuste entre oferta y demanda. Si, por ejemplo, se crea demasiado dinero, la gente intentará eliminar el exceso comprando bienes o activos (ya sean reales o financieros).
Si la economía está en una situación de pleno empleo, el aumento del gasto o bien incrementará los precios de los productos nacionales o bien provocará un déficit de balanza de pagos que hará que el tipo de cambio se deprecie, aumentando así el precio de los bienes importados. En ambos casos, esta subida provocará una reducción de la cantidad de dinero real disponible. A medida que se compran activos financieros como los bonos, el aumento del precio de éstos reduce el tipo de interés que, a su vez, estimula la inversión, y por tanto el nivel de actividad económica. El aumento de ésta, y por tanto de los ingresos, incrementa la petición de dinero. Así, la demanda total de dinero real se igualará con el exceso de oferta gracias al aumento de los precios (que reduce el dinero real en circulación) y de los ingresos (que potencia la demanda de saldos monetarios).
Otro principio del monetarismo es que los niveles deseados de saldos monetarios reales tienden a variar con lentitud, mientras que los cambios de los saldos nominales son instantáneos y dependen de la actuación de las autoridades monetarias. Esta afirmación implica que las variaciones de los precios o los ingresos nominales responden, por obligación, a alteraciones en la oferta de dinero, lo que constituye el punto de partida de la tesis de Friedman según la cual la inflación es sólo un fenómeno monetario.
Monetarismo versus keynesianismo:
Los aspectos del pensamiento económico actual que llevan la impresión de las ideas de John M. Keynes son numerosos, pero, su contribución principal, por la cual ha ejercido una influencia poderosa y duradera, consistió en la formulación del principio de la demanda efectiva. Con base en ese principio, Keynes concluye que el nivel de empleo y producción es determinado por la magnitud de la demanda agregada y que el Estado puede actuar sobre ésta por medio de instrumentos monetarios y fiscales a fin de alcanzar determinados objetivos de empleo y producción.
La noción de la potencialidad o no neutralidad de la política monetaria y fiscal fue rápida y ampliamente aceptada en los ambientes políticos y académicos de los países capitalistas, donde el mantenimiento de aceptables niveles de empleo pasó a ser una responsabilidad de los gobiernos. Así, muchos de estos países adoptaron en los años 40 y 50 políticas económicas con el explícito objetivo de alcanzar el pleno empleo. Estas políticas, junto con las favorables condiciones objetivas de la posguerra, permitieron que los países capitalistas más industrializados eliminaran la desocupación masiva que caracterizó a los años 30 y se acercaran a las metas que se habían propuesto en materia de empleo.
No obstante ello, la noción de no neutralidad de la política monetaria y fiscal continuó siendo el fundamento de la política económica, aunque ahora los objetivos de la regulación de la demanda global fue suavizar las fluctuaciones de la producción, el empleo y el nivel de precios. Estas llamadas políticas de estabilización, anticíclicas, compensatorias o de "ajustes finos", fueron concebidas como contrapesos de las oscilaciones económicas espontáneas, que los keynesianos, en general, consideran inherentes a las economías de mercado. Así, por ejemplo, un descenso de la demanda debido al debilitamiento de la inversión privada podría ser compensado por medio de una adecuada expansión monetaria y/o fiscal; lo contrario, una contracción monetaria y/o fiscal podría ser un eficiente contrapeso de un fortalecimiento excesivo de la demanda agregada.
Desde el principio existió una línea de oposición contra Keynes que lo cuestionó, desde diversos ángulos y con intensidad creciente, la validez de la interpretación keynesiana sobre el funcionamiento económico y de su corolario: la eficacia (y la necesidad) de una política económica orientada al mantenimiento de aceptables niveles de empleo y con capacidad para evitar las fluctuaciones violentas de la actividad económica. La existencia de este cuestionamiento ha dado lugar, durante más de cuatro décadas, a una intensa discusión de carácter teórico y empírico entre los partidarios de Keynes por un lado, y los defensores del principio prekeynesiano de neutralidad de las políticas de administración de la demanda por el otro. A este último grupo de economistas se les ha bautizado con el nombre de "monetaristas" y su representante más activo y prominente es Milton Friedman.
La consecuencia practica más importante de la amplia aceptación de las ideas de Keynes fue la de haber dado un impulso decisivo a la profundización del papel estratégico del Estado en la economía y la sociedad; tendencia que, por otra parte, se venía manifestando sin la ayuda de ningún pensador original.
Para los monetaristas, oponerse al planteamiento keynesiano era un dictado de su presupuesto ideológico básico: el liberalismo, que no concibe la intervención estatal más que para garantizar la seguridad interna y externa del Estado, administrar justicia y realizar algunas obras públicas de infraestructura económica esenciales para el desenvolvimiento de la economía. En consecuencia, el mayor peso de la critica al keynesianismo se enfocó a negar la validez del concepto de no - neutralidad de la política de administración de la demanda.
La crítica monetarista inició con el ahora famoso discurso de Friedman en 1967 y que tiene su hito más reciente en los modelos de expectativas racionales, llega al corazón del problema planteado por Keynes. Cómo hemos tratado de demostrar, la política de administración de la demanda opera sobre el empleo en la medida que sea capaz de hacer sentir su ejercicio sobre los salarios reales y, en consecuencia, sobre las ganancias; sólo el estimulo de las ganancias es capaz de convencer a los empresarios de que ocupen a los desempleados. Y lo que dice este enfoque monetarista, en esencia, es que la administración de la demanda no puede alterar el nivel "natural" de desempleo, porque si bien el manejo monetario puede actuar sobre el nivel de precios, el rápido ajuste de las expectativas de los asalariados llevará a que éstos actúen sobre el nivel de los salarios nominales, evitando así la caída del salario real y el aumento de las ganancias.
Keynes admitía de manera por demás explícita, que si los salarios nominales crecen a la par que la demanda agregada, los cambios de esta sólo tienen efectos nominales. La diferencia radica en que Keynes, en 1936, creía que el caso en que los salarios crecen paso a paso con la demanda agregada es una situación extrema y poco probable, por lo que las políticas de regulación de la demanda gozaban de un margen de maniobra suficientemente amplio. Para los monetaristas, en cambio, este margen se ha tornado muy estrecho por la velocidad de ajuste de las anticipaciones; para los partidarios de las expectativas racionales el margen simplemente no existe.
El mensaje monetarista, bien simple y nada novedoso, lo podemos sintetizar así: a pesar de la presencia distorsionante de la inflación, el precio de cualquier mercancía, el precio de la fuerza de trabajo en primer lugar, se rige por las condiciones de la oferta y la demanda a igual que el nivel del empleo y no hay nada que el Estado pueda hacer para alterar esta situación.
El programa práctico que ofrece el monetarismo es enfrentar abiertamente a los trabajadores con el desempleo a fin de fracturar su capacidad de resistencia y desarticular los sindicatos. Luego, la fuerza del mercado, la fuerza del desempleo, sería el arbitro de la relación salario - ganancia. Lo paradójico de este programa es que si su parte destructiva tiene éxito, entonces el monetarismo habrá recreado las condiciones bajo las cuales será eficaz, de nueva cuenta, una administración keynesiana de la política económica. Es decir, se habrán reconstruido las condiciones de funcionamiento del mercado de trabajo que Keynes asume en el capitulo II de la Teoría General. Ello, desde luego, si el capitalismo sobrevive al tratamiento monetarista. J. M. Keynes debió enfrentar con su pensamiento, tengamos en cuenta que su principal obra "La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero" fue publicada en 1936, las consecuencias de la desocupación y la caída de la producción generalizadas, en las economías industriales.
Muy básicamente Keynes planteaba que dada la rigidez de los salarios para ajustarse a la baja, los sistemas económicos no tendían al equilibrio con pleno empleo. Proponiendo remediar esa situación con emisión y con un aumento del gasto público. Como reacción a esta idea equivocada, surge en la Universidad de Chicago, Nóbel de Economía Milton Friedman, la idea que los cambios en la cantidad de dinero son la causa esencial de las fluctuaciones económicas. Encontrando su origen en materia de ideas en los trabajos de Adam Smith.
Los así llamados monetaristas, le dan a la cantidad de dinero el rol fundamental, sosteniendo -con acierto- que la oferta monetaria es el determinante clave de los movimientos a corto plazo de lo que un país produce y además del nivel de los precios en el largo plazo.
La base de su razonamiento científico descansa en una serie de verdades, a saber:
  • El mercado produce la mejor asignación de recursos. Ningún funcionario actuando discrecionalmente, puede obtener otro resultado que no sea una distorsión o una ineficiencia o un retraso en el desarrollo tecnológico.
  • Nada afecta más a la eficiencia, que la inestabilidad en los precios (ya sea que se trate de inflación como de desflación).
  • La economía sería estable, de no ser por las intervenciones de los gobiernos.
  • Sólo reglas monetarias permanentes y estables hacen a una economía estable.
  • Sólo reglas monetarias permanentes y estables crean expectativas favorables.
  • Sólo reglas monetarias permanentes y estables impiden a los políticos las manipulaciones electorales.
Los keynesianos se contraponen argumentando que:
* El mundo real es más complejo que la visión que tienen de él los monetaristas. La realidad histórica nos viene demostrando que los países que siguen reglas claras en materia monetaria, alcanzan niveles de producción y productividad más altos, que aquellos que no lo hacen.
* Tanto precios como salarios manifiestan falta de flexibilidad que impiden los ajustes automáticos. Olvidan que esa falta de flexibilidad es producto del intervensionismo gubernamental. Hay derivaciones de ambas posiciones. Por el lado de los monetaristas, surgieron los llamados economistas de la oferta; por el de los keynesianos, la aceptación de algunos principios monetaristas en determinadas circunstancias. Pero en ambos casos la base de sus propuestas reposa en los argumentos iniciales.
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